Enemigos Públicos

A mis incipientes diecisiete años, cuando mis pasos me llevaron por calurosas norteñas tierras piuranas, cuando apenas tenía claro lo que sería de mi futuro y mas bien sólo tenía metida en la cabeza a una flaquita que conocí en Lima, cuando llevaba mis estudios preuniversitarios en la San Marcos y que tuve que dejar en la capital para aprender a caminar por la vida, eran mis tardes tranquilas, las tardes que se disfrutan al norte del Perú, en Piura, sin preocupaciones capitalinas.

Fue en ese momento de mi vida cuando llegó a mis manos una obra maestra, un libro, especie de documental, con detalles precisos de lo que fue la mafia desde inicios de los años veinte en estados unidos, no recuerdo el nombre del libro (era algo asi como “La verdadera historia del crimen en USA”) pero si su contenido. Aprendí mucho de Al Capone, Eliot Ness(líder de los intocables), Lucky Luciano, John Dillinger, entre otros, de los ajustes de cuentas, negocios sucios, asaltos, asesinatos, etc.

Uno de los que llamó mi atención coincidentemente con la película de estreno, fue John Dillinger, de quien pensé era el mafioso mas monse por que murió sin protección de sus matones a la salida de un cine, monse por que siendo mafioso, no tomó las precauciones del caso y terminó con una bala atravesándole la cabeza.

Desde aquella época piurana de mi vida, siento cierta fascinación por este tipo de temas, la mafia es una predilección cinematográfica para mi, por ello no se me escaparon películas como el Padrino I, II y III, Erase una vez en América, Casino, Los Intocables, Snatch, Caracortada, entre otros… ah, la que recomiendo, no por ser la mejor, si no por ser una historia conmovedora dentro de la cochina mafia de aquellos años: Camino a la perdición.

Es por eso que no podía dejar de ver Enemigos públicos, una película que seria como un gozo de un tiempo a esta parte que se ha dejado de lado los años veinte y la mafia de entonces. Sin embargo, para mi gusto, sólo entretiene, pero no es un placer a los ojos. Tiene todo lo esperado en este tipo de películas, pero no llega a conseguir ese furor que la haría imprescindible.

Mi pata Johnny Depp, dejando de lado la espada y el sombrero de Jack Sparrow, demuestra una vez más que es capaz de cambiar y adecuarse a cada papel, si bien no es una interpretación digna de un Oscar, lo hace bien.

En cambio higadito loco, Cristhian Bale, el que trabajo de extra en la última película de Batman, el Johnn Connor no acertado de Terminator salvation, sigue quedando en nada, no actúa este pata, atrás quedaron sus actuaciones en películas como American Psycho o El Maquinista, seguro el hígado no lo deja pensar, pero ya vendrán mejores tiempos y desde luego, mejores interpretaciones.

En resumen, no dejen de ir al cine, es una película buena para ver sin llegar a ser excepcional. Nos vemos en el cine como diría mi pata Bruno.

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