Cajeros BCP: ¡Asáltenlo!, ¡¡Asáltenlo!!…

Es una noche fría de invierno, fría y solitaria, caminaba por parajes alejados a mi hogar, pensando en lo que tenía que hacer al día siguiente, ordenando mentalmente mis gastos y descubriendo que me faltarían algunos billetes para unos pagos.
Gracias a la divina providencia, siempre hay un cajero BCP cerca y tomando todas las precauciones del caso y aunque el sitio era desolado, decidi entrar a retirar dinero, mirando a todos lados antes por si uno de los conocidismos choros al paso me haya visto, no vi a nadie, respire aliviado.
Todo bien, coloqué mi tarjeta y, el maldito cajero anda a todo volumen y con el simple hecho de colocar mi clave, dos cuadras a la redonda se entero que estaba usando el cajero, pero eso no era todo, luego de indicar la cantidad a retirar y proceder al retiro, el cajero expulsa mi tarjeta y hace un ¡tuuuuuUUUUU!, ¡tuuuuuUUUUU!, ¡tuuuuuUUUUU! ensordecedor que anuncia a cualquiera a veinte cuadras a la redonda que ya voy a terminar mi transacción, como para callar a la máquina uno extrae al toque la tarjeta, pero el cajero te vota el voucher y otro ¡tuuuuuUUUUU!, ¡tuuuuuUUUUU!, ¡tuuuuuUUUUU!… ¡Ta'mare¡ se desepera uno y saca al toque el maldito voucher…hasta este momento cualquier choro ya esta alerta y de seguro ya te espera o ya entro para robarte, pero no, esto no acaba ahi, después de todo esto, aún no recibes el efectivo y cuando sale del cajero, ¡tuuuuuUUUUU!, ¡tuuuuuUUUUU!, ¡tuuuuuUUUUU!, otra vez ese ruido infernal que mas bien parece un alerta para cualquier ratero.
Cojo el dinero ya totalmente alterado para que se calle la maldita máquina y ya da miedo salir despues de haber alertado a medio mundo de mi transacción, lo pienso y lo pienso, pero hay que salir, tengo que irme a mi casita… me encomiendo a papá diosito, hago las pases conmigo mismo y me despido del mundo…
Salgo de ahi traumado y desconfiando de cualquiera que me sale al frente… por suerte nada paso ese dia…
¿Les ha pasado?, no se preguntan ¿por que ha hecho el banco algo asi?, es como si el cajero gritara a los cuatro vientos: ¡Asaltenlo!, ¡¡Asaltenlo!!…
Y esto sólo ocurre en los cajeros del BCP, a los cuales ya les agarre miedo…
Ya pé becepinos, ponganse moscas con esto por que si es preocupante dado el aumento de inseguridad ciudadana en nuestra ciudad.
He dicho.


Desde mi iPhone


Comentarios

Entradas populares