Adiós Rimac

Como siempre lo he dicho, soy un nostálgico que se acostumbra sin esfuerzo a las cosas del día a día. Esta vez, a pesar de las poco agradables experiencias vividas en el distrito donde viví casi cinco años, me da cierta nostalgia pensar que en una semana dejare la casa que me dio cobijo por todo este tiempo. Es que ya encontré un departamento pequeño pero acogedor en San Miguel, distrito que conocieron mis pasos allá por mi adolescencia (hace como de diez años, aclarando) y al cual regreso, ahora ya para vivir, espero que por mucho tiempo.
Pero volviendo al Rimac, aunque no lo voy a extrañar, hay cosas que jamás podré olvidar, cosas que se metieron en mi memoria y que se grabaron con láser ultravioleta sobre la neurona diez mil quinientos veinticinco del lóbulo temporal medio por la parte de arribita.
Y que cosas.
Cosas como que una vez hubo epidemia de choros de medidores de agua de las casas que ni siquiera les ponían tapón a los tubos después del robo y las pistas amanecían mojadas por que se tiraban varios medidores por noche, es así que la avenida Capilla recién hechecita hace un tiempo atrás se malogro todita. Sin contar que luego de eso vino sedapal a arreglar no se que cosas por un lado de la pista que estaba buena, conchudamente abrieron un par de zanjas que dejaron abiertas por un par de semanas, tiempo suficiente para que se rompan unos tubos de desagüe y ya se imaginaran, nuevamente toda la avenida mojada, pero esta vez, con ambientador y con pedacitos de materia fecal que daban el toque ideal a la postal. Tres días mas como para que el barrio se perfumara por completo y por varias semanas, luego regreso sedapal, maltapo su hueco, pero tan mal que dejo unos tremendos baches en la pista. Por suerte la arreglaron hace poco y la pista se ve nuevecita.
La movilidad era otro tema, ningún taxista que se quiera, acepta una carrerita por esos lares pasadas las ocho de la noche, no señor, apenas te oyen, arrancan en primera y huyen despavoridos. Si pues, si eres del Rimac, ya tienes una reputación, nadie te quiere y si te quieren es con cuidado. Solo los taxistas cancheros y temerarios aceptan la misión de llevarte, hay algunos que te suben el precio solo por tratarse del Rimac y no queda otra, es el precio que hay que pagar si es que quieres llegar sano y salvo a tu casita ya por la noche.
Este distrito, por cosas del destino, tiene un alto indice de delincuencia, por eso nadie quiere ir de noche y la gente que llega de noche a su casa, pues, tiene que tomar precauciones. Te puedes cruzar con los pirañas, chibolos descarriados y sin una pizca de entendimiento que noche a noche llevan a cabo su lucha territorial tirándose piedras, palos y fierros de un lado a otro, si te cruzas con ellos, te darán una golpiza o te usaran como escudo, si eres piña, te pueden cogotear en la puerta de tu casa y dejarte hasta sin zapatos. Si subes a una mototaxi, nada es seguro, a mitad de camino puede subir otro piraña y entre los dos te despojaran de todas tus pertenencias. Si eres aún mas piña, algún faite te hará la bronca solo por que le caíste mal y solo te dejara pasar si le das una propinita. Luego de eso, lo común, te cruzaras con gente de mal vivir, borrachos, fumones, matones... La gente es así.
Aun hay algo peor, aquí la gente no tiene nada que hacer, si se les antoja pueden ponerse a chupar un dia de semana, sacan su mesita y sus sillas y se emborrachan hasta el amanecer con la música a todo volumen, gritandose y riendose a carcajadas hasta que uno se queda dormido ya de cansancio. Ni se te ocurra decirles algo por que se arma la bronca de la noche, se te tiran encima en mancha insultandote y mentandote la madre, si escapas de su irracionalidad, se agarran con tus lunas y te las rompen a pedradas. ¿Y serenazgo? ¿Y la policía? Uno pierde su tiempo llamandolos, te puedes pasar horas llamando a la comisaría del sector o a serenazgo, por que no van a venir, te toman los datos para pasearte un rato y luego te dicen que vendran, pero nunca vienen, osea, estas solo. Y muy solo por que si reclamas y se te tiran encima estas bestias, ningún vecino te apoyara así te estén sacando la michi.
Pero no todo es feo, el Rimac es un distrito histórico, tiene sus sitios turísticos como el cerro San Cristóbal, la Alameda de los descalzos o la Plaza de Acho. En cualquier esquina puedes encontrar los mas deliciosos potajes como cevichitos, yuquitas, picarones, emolientes, anticuchos, mazamorra morada, sopa de mote, higadito frito y la aun joven hamburguesa entre otras cosas.
Ojo que no toda la gente es así, solo la mayoría... no, mentira, también hay gente buena, decente y trabajadora que sacan pecho por el distrito y que tiene que vivir con la reputación ganada por los indeseables que le dan mala imagen al distrito.
Pero ya me despedí del Rimac, mi carro de mudanzas ingreso por la avenida Tarapaca para ingresar por Pizarro y una imagen se quedo grabada en mi mente como la imagen símbolo de este distrito: un montón de basura humeante en la verma central de Tarapaca. Si, conozco el Rimac desde hace casi diez años y esta imagen es la misma de siempre. Es como si esa fuera la cuadra de acopio de basura, siempre ha estado así, se ha mantenido sucia y descuidada por todos estos años y solo espero que algún día el Rimac cambie, que su gente cambie y esa imagen delincuencial que mantiene, se esfume para siempre, dando lugar a una nueva y mejor imagen para el distrito.

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