Seamos buenos peatones...

Mientras no saque mi brevete y pueda manejar libremente mi humilde KIA, seguiré siendo un peatón. Y para ilustrar el tema, empezare diciendo que hay dos tipos de peatón: el consciente y el que no lo es. Todos tenemos algo de cada uno de ellos, algunos mas, algunos menos. ¿A que viene esto?, pues, a este mensaje que encontré en la calzada, en un cruce peatonal y que me hizo pensar...



Hablaremos entonces de la cultura vial. Nosotros los peatones, somos ignorantes en esa materia, es mas, hemos jalado y lo llevamos como curso de cargo que vamos pateando y pateando por que simplemente no nos gusta ser responsables y ademas, hay otras prioridades... Es asi que la gente ni siquiera mira los semáforos y confía mas en su vista y en sus pasos sin considerar la proximidad de un auto que por lo general va a treinta kilómetros por hora a la mas mínima velocidad, ósea, o nos atropella o por esquivarnos va a chocar en algun lado. Es que nadie ve el semáforo, todos tienen prisa, todos quieren llegar rapido a su destino sin evaluar consecuencias de nuestros actos, hay personas que ni siquiera se toman el trabajo de ver a un lado u otro, simplemente cruzan y siguen su camino y nunca se dan cuenta que un auto paso a toda velocidad a centímetros de el, estos son los distraídos, los que hablan por celular o pasan en duo o en grupo conversando despreocupados o los que andan con la cabeza en la luna de paita. Estan los temerarios que cruzan por cualquier parte la acera, las tías, esas son las peores, apenas pueden caminar y se meten a velocidad de tortuga, a propósito por avenidas principales obstruyendo el paso, encima sordas no oyen cuando les revientan el claxon y que decir de los agresivos, esos que te mentan la madre cuando les sueltas un ¡tiiiiii tiiiiiii!!!!!!!... esos todavia se paran y con su cara de pocos amigos se ponen a pelear contigo, los flojos son otros sin justificación, habiendo un puente peatonal no lo usan ni se enteran de su existencia. Algunos prefieren caminar por la calzada a pesar de tener veredas anchas y bonitas y a pesar del claxon caminan a su propia velocidad carentes de prisa. La imprudencia es la peor de las actitudes, sobre todo la falta de responsabilidad, cruzar de esa manera una pista con un niño, enseñando lo que no debe ser, peor aún con un anciano o un bebé. Encima de todo nos quejamos cuando algo sucede y quien paga el pato es el incomprendido chofer que trata de cumplir con sus normas de transito, claro, hay choferes y choferes, pero por lo general no llevan siempre la responsabilidad total. Seamos conscientes señores, nada quita mirar a un lado u otro antes de cruzar la calzada, como dice el dicho popular: "mas vale perder un minuto en la vida, que la vida en un minuto".

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